Fieldwork, conceived as a key moment in the process of archaeological research, is reflected on. In addition to its role in the recovery of archaeological materials, it is important as an experience of creation of institutional and personal relationships, and reconnaissance of and approach to the landscape and its inhabitants. The aim of this paper is to discuss the way in which social relations made during fieldwork have an impact on the way in which different agents within the community connect with the archaeologists, the materials, and the knowledge that is being generated. To this end, the experience of a work team with an extensive career in the archaeology of the Pampean region is analyzed from a diachronic perspective, namely the archaeological research carried out in the middle and lower basin of the Salado River, in particular in the district of Chascomús.
En este artículo se reflexiona sobre el trabajo de campo, entendido como un momento clave del proceso de investigación arqueológica. Su importancia reside no sólo en que permite obtener materiales arqueológicos sino en que es una experiencia de creación de vínculos institucionales y personales. Además es una instancia de aproximación en/con el paisaje. El objetivo de este artículo es discutir el modo en que las relaciones sociales desplegadas durante el trabajo de campo (entre agentes, materiales, paisaje y conocimiento) impactan en la manera en que diversos agentes de la comunidad se vinculan con los arqueólogos, los materiales y el conocimiento que se busca generar. Con este fin se analiza con una perspectiva diacrónica, la experiencia de un equipo de trabajo de amplia trayectoria en la arqueología de la región pampeana bonaerense que viene realizando sus investigaciones en el curso inferior del río Salado, en particular en la localidad de Chascomús.