Abstract:
En un área de descarte o basural del Fortín La Perra (1883-1885), Departamento Loventué, La Pampa, se encontraron dos piezas casi completas y algunos fragmentos de precintos de botella de estaño-plomo. Los precintos de plomo se comenzaron a fabricar en Hungría a partir de 1789 para reemplazar a los sellos de lacre y mejorar la preservación de vinos finos y otras bebidas alcohólicas. Al igual que los lacres, los primeros precintos tenían el sello real en la parte superior o cabeza. Desde esos momentos, adquirir botellas con precintos que llevan sello o inscripción es considerado un símbolo de calidad y prestigio. En dos de las piezas arqueológicas recuperadas en el Fortín La Perra, las inscripciones permitieron identificar su procedencia. Teniendo en cuenta, que los primeros precintos se confeccionaron de estaño, estaño-plomo o bien de plomo recubierto con estaño puro, realizamos un análisis metalográfico para determinar las técnicas de fabricación y análisis químico. También discutimos la importancia de estas piezas como indicadores de jerarquía y desigualdad en el ejército argentino entre la oficialidad y la tropa.