La floreciente provincia romana de Dalmacia, conquistada para la civilización por los romanos y los
ilirios, tuvo perturbaciones parecidas a las demás antiguas provincias
del Imperio Romano después de la caída. Las invasiones de nuevos pueblos bárbaros no se detuvieron en sus fronteras. Las dominaciones más funestas para la población fueron las de los Ostrogodos (493-535), vencidos y repudiados por el Imperio Bizantino en la guerra de 20 años, y después la invasión de los ávaros y los eslavos en las primeras décadas
del siglo VII.
Los últimos restos romanos, las ciudades de la costa del Adriático, fueron víctimas del furor bárbaro, porque el emperador Heraclio (610-641) en su prudente táctica de vencer a los enemigos, persas,
ávaros y eslavos, dejó los Balcanes provisoriamente y concentró sus fuerzas contra los persas.
Fil: Tanodi, Aurelio. Universidad de Buenos Aires. Facultad de Filosofía y Letras. Instituto de Historia Antigua y Medieval “José Luis Romero”; Argentina.