Hipótesis de Trabajo: La tesis aborda la cuestión histórica de si el hombre hace la Historia o la Historia hace al hombre. La autora sostiene que existen "coincidencias circunstanciales". De Gaulle, un hombre capaz, preparado, tenaz, estudioso e inteligente, apareció en el momento de la Segunda Guerra Mundial, el "escenario ideal para su brillante desempeño". La hipótesis implícita es que De Gaulle se convirtió en un "mojón histórico", al ser la encarnación de Francia, actuando como un gestor que logró convertir a su Patria en una de las grandes Potencias. Se presenta a De Gaulle como un nuevo representante del Absolutismo francés del siglo XX (un nuevo Luis XIV), cuyo egocentrismo se manifestaba en que "él era absolutamente para el Estado".
Objetivos: El objetivo principal del estudio es analizar a De Gaulle y su época, sumergiéndose en sus escritos para despertar admiración. Se centra en "temas centrales", buscando entender por qué el pueblo francés lo siguió en tiempos de paz (1958-1969). Los franceses apoyaron la "postura que ellos deseaban ante los E.E.U.U." y las cualidades que vieron en él para realizar "modificaciones socio-económicas interiores y exteriores que necesitaban urgentemente".
Metodología: La tesis es un trabajo de Licenciatura en Historia. La metodología se basa en un estudio descriptivo y analítico, estructurado en tres grandes etapas cronológicas: 1) el inicio de la guerra hasta la Liberación; 2) la Liberación hasta 1958 (incluyendo la disolución de la IV República); y 3) de 1958 hasta 1969 (su presidencia y dimisión). El análisis se apoya en una extensa revisión de material bibliográfico de biógrafos e historiadores contemporáneos (como Lacouture, Churchill, Aron, Kissinger, etc.) y en la documentación histórica (memorias, discursos y cronologías).
Conclusiones: De Gaulle fue el "líder, [el] conductor" que Francia necesitaba durante la crisis y la deshonra de la ocupación, visto como un "Napoleón redivivo". Su carisma y su fe en Francia le permitieron conducir al país con un "ejército de fantasía" a la victoria.
Durante su liderazgo, logró ubicar a Francia en un lugar de privilegio en el comercio mundial y la convirtió en un componente esencial del Mercado Común Europeo (M.C.E.), mejorando la economía. Su política exterior independiente y su ambición de lograr el "acuerdo de los alemanes" sentaron las bases para la "Europa de las Patrias". Concedió la independencia a las colonias para "no perderlas" económicamente. Internamente, saneó la economía, desarrolló el polo tecnológico-industrial y organizó la Force de Frappé (fuerza atómica de disuasión).
Sin embargo, a pesar de sus éxitos, no logró "obtener una moneda fuerte", ni solucionar el problema de la vivienda o desdibujar los marcados límites de las clases sociales. Su renuncia en 1969, tras un referéndum desfavorable, demostró que, aunque su figura se había desgastado, se había convertido en un "artífice de la Francia de post-guerra", viviendo en el "Olimpo de los héroes de Francia".
Fil: Likerman de Portnoy, Susana. Universidad de Buenos Aires. Facultad de Filosofía y Letras.