Abstract:
En este artículo nos ocuparemos de examinar las respuestas que los actores dieron a la
crisis, que les permitieron superarla con cierta fortuna, priorizando la actividad de los chacareros no como sujetos políticos sino como agentes económicos. La noción de "agente" señala ya la negativa a considerar al chacarero como un testigo pasivo, víctima de una conspiración múltiple, limitando su reacción a arrebatos pasionales. Por el contrario, remarcamos su voluntad transformadora, su vocación de lucha en el plano mismo de la economía, en el que lleva adelante enfrentamientos y acuerdos cambiantes según el momento y sus intereses. No negamos que parte de la "leyenda negra" sea verdadera, pero no la entendemos como una conspiración sino como la lucha por el reparto de la plusvalía producida en el sector. Y en esa lucha el chacarero no siempre se encontró sólo frente a un opositor monolítico y homogéneo. Su suerte dependió de una combinación de circunstancias variables, que resultaban en una correlación de fuerzas entre grupos coaligados en alianzas inestables. Por otra parte, en correspondencia con esto, mostramos que esa voluntad transformadora se plasmó en cambios sustanciales en las orientaciones productivas, la organización de la producción y la tecnología. Nuevamente, chocamos aquí con quienes consideran que poco o nada ha cambiado en la agricultura pampeana desde 1910 hasta la Segunda Guerra Mundial y que la renta diferencial (la "inagotable" fertilidad de la pampa...) explica todo. Y esta temeraria afirmación se basa en el error de considerar a la renta no como una relación social sino como un producto "natural".