Objetivos: El objetivo central de la tesis fue examinar cómo se concibió la representación política durante el Congreso y determinar las causas, formas e influencias que alcanzó esta vía de institucionalización de la voluntad popular. El estudio busca superar una mera catalogación de posiciones para demostrar la insuficiencia de los planteamientos simplistas que vinculan las formas de representación elegidas por los diputados a modelos excesivamente teóricos. Fundamentalmente, la investigación procuró determinar la importancia del concepto de representación para verificar la coherencia de las clasificaciones históricas comúnmente adoptadas para este periodo.
Hipótesis de Trabajo: La hipótesis principal que guía la investigación es que no es posible elaborar una contraposición de modelos de representación política claramente delimitados (mandato libre versus mandato imperativo). La tesis se propuso develar la validez o la falta de sustento de esta oposición polar en las concepciones esbozadas por los diputados. Se parte de la premisa de que los modelos eran más aparentes que reales y que la supuesta díada entre el diputado nacional y el mandatario provincial tendía a diluirse en la práctica y en la fundamentación teórica.
Metodología: La metodología se centró en un análisis de crítica interna de las deliberaciones desarrolladas por los diputados en el Congreso, utilizando como fuente principal las actas publicadas por Emilio Ravignani en su obra Asambleas Constituyentes Argentinas. Se realizó una reseña histórica y jurídica de los antecedentes del concepto de representación. El enfoque metodológico enfatizó la necesidad de evitar proyectar conceptos modernos o clasificaciones rígidas sobre una realidad política polimórfica y compleja.
Conclusiones: La tesis concluye que la oposición entre el mandato libre (asociado a la tendencia unitaria) y el mandato imperativo (asociado a la tendencia federal) no estaba sólidamente sustentada. Las posiciones de los convencionales revelaron un entramado de ideas provenientes de distintas tradiciones (colonial hispana, francesa ilustrada y revolucionaria, y estadounidense confederal).
El concepto de representación cumplía una doble función:
1. Concentrar la soberanía popular (que residía en el pueblo/nación y se ejercía únicamente en el acto electoral).
2. Servir como una función ilustrada o tutorial (propia del ideario de la Ilustración), donde el diputado actuaba como formador y educador de la opinión pública, supliendo la falta de ilustración y la dependencia económica de las masas.
La oposición real en el Congreso no se dio entre la Monarquía y la República, sino entre Democracia (entendida como tumulto o ejercicio desordenado del poder) y la Representación (vista como un filtro), justificada por la necesidad de limitar el ejercicio de la ciudadanía a quienes poseían independencia económica y luces suficientes. El diputado era visto como un agente mediador que evitaba los desbordes democráticos.
Las posturas que defendían la soberanía provincial (como Dorrego y Moreno) lo hacían en el contexto de una confederación de hecho, manteniendo la relación con el representante bajo un marco cuasi-diplomático o de mandato. No obstante, incluso los defensores de la "representación nacional" (como Castro) admitían limitaciones a su libertad, como la existencia de condiciones sine qua non para garantizar la integridad provincial. La soberanía era entendida tanto como la suprema potestad de la provincia como la fuente del poder popular, y esta duplicidad dificultaba la articulación del Estado.
Fil: Racimo, Fernando Martín. Universidad de Buenos Aires. Facultad de Filosofía y Letras.